Uno de los estereotipos de la gente de Latinoamérica tiene que ver con el machismo y la idea del hombre “macho”. En muchos casos esto está usado para explicar todos los temas de género en Latinoamérica, especialmente por el resto del mundo. Pero un problema con esta tendencia es: ¿cómo se define claramente el machismo y lo que es machista? Me parece que lo podemos reconocer cuando lo vemos, pero es no tan exacto cuando tratamos de ponerlo en palabras. A veces parece tener una cierta atmósfera alrededor de una persona machista. Algunas características del machismo podrían ser:
· Piensan que los hombres son superiores a las mujeres en general
· La fuerza física: ser fuerte físicamente como marca de un hombre; para proteger; la violencia
· El hombre tiene que ser en todos modos el líder en una casa/relación/etc.
· Los hombres son más capaces que las mujeres, físicamente, intelectualmente, etc.
· Que las mujeres son emocionales, y los hombres no deber ser
· Competencia: para probar que son más hombres o para las mujeres
Podría ser que lo podemos reconocer porque hay un ideal detrás, de “lo correcto”. Pero ¿dónde está la línea entre machismo y cortesía o caballerosidad? Acá en el Perú, creo que he encontrado más cortesía que machismo. Por supuesto, hay algunas circunstancias como la atención que recibo en las calles por ser una mujer blanca y rubia- silbidos, bocinazos, etc. Pero en muchas instancias los hombres han sido bien corteses conmigo. Y de verdad, a veces me parece raro. Aunque la cortesía no es muerta en los EE.UU., creo que muchos han perdido esta forma de relacionar con toda la gente- tanto hombres como mujeres, alrededor de ellos.
Además me parece que es un tema aún más complejo y complicado con las influencias del feminismo, especialmente en los Estados Unidos. Creo que aunque muchas de nosotras mujeres no nos identificamos como feministas, hay corrientes subyacentes de pensamiento feministas que existen. Estamos enseñadas que no necesitamos que los hombres hagan cosas para nosotras, que podemos hacerlas nuestras mismas, que debemos ser independientes y además que no debemos dejar que los hombres nos “ayuden”. He oído unas historias de hombres peruanos en los EE.UU. cuando han sostenido una puerta para una mujer, y las mujeres han respondido en una manera muy descortés. Los hombres no lo hicieron porque pensaban que las mujeres no podían o porque eran débiles, sino por cortesía. Sólo estaban tratando de ser amables. (Es probable que lo hubieran hecho para otro hombre también- es cortesía.) Quizá las mujeres estereotipaban a estos hombres también, pensando que como eran latinos eran machistas. Pero esto es la reacción muchas veces hoy de las mujeres frente a un ademán de cortesía de un hombre- la cultura las enseña que no lo pueden aceptar.
Hace unas semanas tuve una experiencia muy interesante con la cortesía. Estaba con un grupo de estudiantes de La Católica en la reunión semanal de CBU (Comunidad Bíblica Universitaria), y jugábamos al “silla musicales”. Uno por uno los estudiantes estaban eliminados hasta que sólo yo y otro chico éramos los únicos jugadores. Era la ronda final, y girábamos en torno de la única silla que quedaba. La música paró, y yo estaba exactamente detrás de la silla. Era obvio que el chico había ganado- él estaba delante de la silla y yo no podía alcanzar y sentarme en la silla antes que él. Entonces no intentaba hacerlo, entendí que yo había perdido. Pero el chico no se sentó. En lugar de sentarse, giró la silla a fin de que estuviera enfrente de mí, para que yo pudiera sentarme y ganar el juego.
Yo no sabía exactamente cómo debía reaccionar. No me senté, solo me reí y le dije que él había ganado, aunque no lo aceptaba. Y yo no podía aceptar este ademán de cortesía (que me parecía un poquito extremo). Solamente era un juego, y en verdad no considero que lo gané. Pero este chico no quiso ganarme. Y no sabía qué hacer con eso. Me gusta que los hombres, pues toda gente me traten con cortesía, igual que debo tratarles. Se nota cuando alguien es bien cortés porque en el mundo de hoy, pues por lo menos en mi estado, no es lo normal. Generalmente no son descorteses pero tampoco demuestran mucha cortesía, solo un nivel más neutro o distante de interactuar con los otros. En verdad cuando alguien me muestra mucha caballerosidad me siento un poquito especial pero al mismo tiempo un poquito incómoda, porque siento que no es necesario. Reconocemos la cortesía como “buena” y el machismo como “malo”, pero me parece que a veces vemos los dos igualmente como no completamente aceptables por diferentes razones. Es muy interesante pensar en estos temas.
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